El vinagre proporciona a los platos un aroma y sabor únicos, por ello, es uno de los condimentos más usados en las cocinas de numerosos países. En nuestra página podéis encontrar gran número de recetas en las este ingrediente ocupa un papel destacado, es el caso, entre otras, de nuestra receta de los tradicionales boquerones en vinagre.
El vinagre proporciona a los platos un aroma y sabor únicos, por ello, es uno de los condimentos más usados en las cocinas de numerosos países. En nuestra página podéis encontrar gran número de recetas en las este ingrediente ocupa un papel destacado, es el caso, entre otras, de nuestra receta de los tradicionales boquerones en vinagre.
Su uso se extiende más allá de la elaboración de todo tipo de platos, convirtiéndose en un agente con excelentes propiedades conservantes que impide la proliferación de diversos microorganismos, aumentando la vida media de los alimentos. En la actualidad, podemos encontrar una amplia variedad de tipos de vinagre, con distintos usos en la cocina, a continuación, os hablamos de cada uno de ellos.
¿Cómo se obtiene el vinagre?
Para obtener vinagre se llevan a cabo dos tipos de fermentación; la alcohólica y la acética. En primer lugar, el azúcar que hay presente en los alimentos es metabolizado por las levaduras presentes en el ambiente dando lugar a alcohol. Posteriormente, intervienen las bacterias que son capaces de llevar a cabo la fermentación acética, transformando el alcohol en diversos compuestos entre los que destaca el ácido acético, sustancia que imprime el carácter al vinagre, estando presente en una proporción del 5 al 6 por ciento.
Las distintas variedades
En la actualidad podemos encontrar una amplia variedad de vinagres, elaborados a partir de distintas materias primas y con usos muy variados. La principal diferencia entre unos y otros radica en la concentración de ácido acético que presentan.
Vinagre de sidra o manzana
Es un producto de sabor delicado y gusto más suave que el de otros vinagres. Se suele elaborar a partir de zumo de manzana, de la pulpa de la fruta, del mosto fermentado de manzana o de la sidra.
Usos. Es ideal para añadir a ensaladas a las que aporta deliciosos matices a manzana, A su vez, combina a la perfección con carnes blancas, pescados y salsas.
Vinagre de uva o vino
Se produce mediante la fermentación del vino o la uva de mesa. Su uso está muy extendido, siendo el vinagre más usado en países como Italia, Francia o España. Dependiendo del vino de partida se obtienen distintos tipos de vinagre con aplicaciones diferentes.
Vinagre de vino tinto. Ideal para realzar el sabor de las carnes rojas.
Vinagre de vino blanco. Muy utilizado en la elaboración de diversas salsas (
holandesa,
mayonesa, etc)
Vinagre de vino de Rioja. De gran valor, destaca por su sabor definido y llamativo color teja.
Vinagre de Jerez. De sabor ligero y acaramelado.
Vinagre balsámico de Módena. Muy apreciado por su sabor, destaca por su color intenso y consistencia espesa. Para su elaboración se hierve mosto fresco de uva, concentrando así los azúcares y el sabor.
Usos. Además de los ya mencionados, podemos usarlo para aliñar ensaladas o hacer escabeches.
Vinagre blanco
Suele ser el que más se usa en los hogares. Destaca por una concentración alta de ácido acético que le otorga un sabor intenso y muy pronunciado. Para su elaboración se suele emplear maíz, melaza o caña de azúcar.
Usos. Es ideal para elaborar salsas envasadas y encurtidos.
Vinagre de arroz
Muy consumido en países como Japón y China, donde suele formar parte de la mayoría de platos tradicionales. Se caracteriza por presentar un sabor suave con matices dulzones, y un color que puede oscilar desde el blanco, hasta el dorado y rojizo. Se puede elaborar solo con arroz o con combinaciones de arroz y otros cereales como mijo, sorgo o trigo.
Usos. Además de usarlo en muchos platos de cocina oriental, podemos incorporarlo a ensaladas, vinagretas, verduras, mariscos, etc.
Cualquier vinagre puede ser aromatizado usando especias (pimienta, ajo, etc), hierbas aromáticas (tomillo, romero, laurel ajedrea, etc) frutas (manzana, pera, naranja, piña, etc) o incluso miel o azúcar. Se obtiene así un producto que aporta un toque especial a los platos a los que se incorpora.