Desde que se pusiera de moda en los años 90, la cebolla caramelizada ha cautivado las cocinas de medio mundo, es utilizada por cocinillas, cocineros de renombre y aficionados a la gastronomía. Al caramelizarse sus azúcares, se obtiene un producto de sabor dulzón que resulta ideal para acompañar todo tipo de elaboraciones, como ensaladas, pinchos, carnes, pescados, foie, etc.
El uso de este producto estuvo muy ligado a los pinchos de barra. Aunque al principio se empleaba sobre todo como acompañante de platos de foie a la plancha, su gran sabor hizo que se extendiera rápidamente a muchas otras elaboraciones. En nuestro recetario, podéis encontrar algunos platos en los que se emplea este producto, como es el caso de nuestra tortilla de patatas con cebolla caramelizada.
Video Cómo hacer cebolla caramelizada
Su elaboración resulta de gran sencillez. Para lograr una buena caramelización, y al contrario de lo que mucha gente puede creer, lo mejor es no usar azúcar. La cebolla ya contiene gran cantidad de azúcares naturales que al ser sometidos a proceso de cocción lento caramelizan dando lugar a un dulzor maravilloso. En este sentido, se hace necesario elegir variedades de cebolla dulces (las de coloración roja suelen presentar una buena cantidad de azúcar).
Para iniciar el proceso, simplemente pelamos la cebolla y la cortamos en finas rodajas, a este tipo de corte se le llama "en juliana". Ponemos un poco de mantequilla o aceite de oliva en una sartén antiadherente que disponga de tapa. Añadimos la cebolla y espolvoreamos con un poco de sal. Dejamos cocinar a fuego muy suave, dejando que la cebolla se vaya haciendo muy poco a poco.
Una de las claves del éxito de esta elaboración es el tiempo, debemos ser pacientes y no intentar acelerar el proceso. Poco a poco, la cebolla irá soltando su jugo, que irá caramelizando al mezclarse con la grasa que hemos puesto en la sartén. A su vez, esta capa de grasa y jugos se irá adhiriendo a la cebolla, dotándola de ese color marrón tan característico de este producto. Insistimos en la necesidad de mantener el fuego suave en todo momento para que no se quemen los azúcares que se van liberando, ya que, si sucede, la cebolla tendrá un desagradable sabor amargo.
Con este método se puede tardar más de una hora en tener lista la cebolla. Si por el motivo que sea necesitáis acelerar el proceso, o si las cebollas que habéis elegido no sueltan los suficientes jugos, podemos recurrir a un par de trucos. Tened en cuenta que su aplicación restará sabor al producto final, por lo que debéis valorar si es realmente necesario hacer uso de ellos.
Añadir bicarbonato en lugar de sal. Con esta acción se logra que la cebolla suelte sus jugos en menos tiempo, acelerando de igual modo el caramelizado. El sabor final es bastante parecido, pero queda un regusto que no aparece en el caso del proceso tradicional más lento.
Agregar agua y azúcar moreno. Añadir azúcar es una práctica tan habitual como innecesaria. Mucha gente cree que hay que añadir azúcar para conseguir cebolla caramelizada, pero, como ya hemos explicado, esto no es así. Con el uso de azúcar se acelera el proceso, pero hay que llevar cuidado para que la caramelización no sea excesivamente rápida, ya que podría ocurrir que la cebolla quedase cruda. Si tenéis tiempo, sin duda, lo mejor es poner en práctica el método tradicional, sin azúcar añadido y aplicando una cocción lenta y prolongada.
Una vez que tengamos la cebolla lista, podemos usarla de inmediato o guardarla en un bote con cierre hermético y meterla en la nevera, donde se mantendrá en perfecto estado durante varios días.
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Actualizado en: 5/29/2015 07:00:00 a. m.
Publicado por Cocina Casera el 5/29/2015 07:00:00 a. m.
Imagen: Flickr
Origen de la receta: http://www.cocina-casera.com/2015/05/como-hacer-cebolla-caramelizada.html